Soñadores defienden su humanidad ante revocación de DACA

  • Nombre: Soñadores-DACA, 800 palabras
  • 1 foto disponible

Miranda Cyr
Cronkite Noticias

PHOENIX – Los soñadores o dreamers en Phoenix vivieron una jornada dividida este martes entre la expectativa y la resignación mientras la Corte Suprema de Estados Unidos debatía el futuro de DACA que hoy protege a cerca de 660,000 jóvenes de la deportación.

“No tienes la capacidad de planear para tu futuro porque no sabes si vas a estar en el país en los próximos dos años”, dijo Deyanira Garcia, una estudiante de 20 años y organizadora de Aliento, una organización que provee recursos y apoyo para estudiantes indocumentados. “Cada vez que renuevas, tienes la esperanza…de que se hará algo para hacer tu estadía en el país más permanente”.

Los magistrados de la Corte Suprema escucharon argumentos sobre si la administración del presidente Donald Trump tiene el poder de rescindir el programa de DACA como intentó hacerlo en el 2017. Eso resultó en una serie de demandas.

La Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA por sus siglas en inglés) fue implementada por orden ejecutiva del expresidente Barack Obama en 2012. La iniciativa permite que los jóvenes indocumentados que llegaron al país antes de cumplir los 16 años, y que tenían menos de 31 años de edad al 15 de junio de 2012, puedan trabajar, estudiar y estar amparados contra la deportación. Esta protección es temporal y debe ser renovada cada dos años.

En Arizona hay 24,700 beneficiarios activos de DACA, a junio de 2019, de acuerdo a la Oficina de Servicios de Ciudadanía e Inmigración (USCIS por sus siglas en inglés).

“Yo sé cómo la acción diferida se volvió una realidad”, dijo Dulce Matuz, cofundadora de la Arizona Dream Act Coalition (ADAC por sus siglas en inglés), una organización que desde 2009 comenzó a abogar por la legalización de los jóvenes conocidos como dreamers. “No es porque un político nos la dio, fue algo por lo que tuvimos que organizarnos y luchar. También entendemos que es una solución temporal”.

Esta solución temporal permitió que muchos jóvenes inmigrantes pudieran alcanzar una educación terciaria y trabajar legalmente en el país. Eso abrió oportunidades para beneficiarios de DACA como José Patiño, director de educación y abogacía para Aliento. A través de su papel en la organización, el recauda fondos para enviar a dreamers y a estudiantes indocumentados a la universidad.

“Realmente te rompe el corazón cuando trabajan por años y por años, y por horas y horas para poder ir a estudiar y se enfrentan con esta barrera a dónde quiera que vayan”, dijo Patiño.

Patiño y su organización promueven cambios localmente y a nivel estatal, en lugar de enfocarse solamente en hacerlo a nivel federal. Por ejemplo, durante la pasada sesión legislativa impulsaron una legislación para que todos los estudiantes graduados de la preparatoria en Arizona tengan acceso a pagar una colegiatura escolar como residentes sin importar su estatus legal. El activista dijo que la inacción federal entre los partidos es frustrante cuando se trata de políticas que necesitan cambios.

Matuz, cofundadora de ADAC, ha vivido en carne propia lo que esa inacción significa enfrentando obstáculos para poder estudiar y desarrollarse en su carrera.

“He hecho todo lo que se esperaba de mí”, dijo Matuz, que eventualmente se graduó en ingeniería. “Tengo las calificaciones, tengo el diploma, como mis compañeros. Pero todos ellos pudieron dar el próximo paso, y yo siempre estaba atorada. Y luego, el mismo año que se presentó la legislación del Dream Act, yo y otros colegas vimos la oportunidad de luchar y resolver la situación. En ese entonces pensé: Lucharemos por el Dream Act y lograremos que pase en un año”.

Pero ese año se convirtió en casi una década, en la que esa legislación federal y sus subsecuentes versiones no consiguió prosperar en el Congreso estadounidense. El Acta Sueño como se la conoce en español proponía la regularización de cientos de miles de jóvenes como Matuz que se criaron en los Estados Unidos y educaron en el país sin tener acceso a documentos legales.

“Inmigración no es algo que se limita a Arizona”, dijo Matuz, quien fue reconocida nacionalmente en 2012 por la revista TIME como una de las 100 personas más influyentes en el mundo por defender a los migrantes. “Entendemos la importancia, no solo nacionalmente, sino que a nivel mundial. Ahora hay más de 60 millones de individuos desplazados en el mundo que no tienen un lugar por la pobreza, por la violencia, por la guerra”.

Matuz piensa que más allá de la decisión que pueda tomar la Corte Suprema, los jóvenes  necesitan actuar y continuar promoviendo políticas que permitan que los dreamers y otros inmigrantes indocumentados puedan quedarse en EE. UU.

“Quiero que los beneficiarios del Dream Act y DACA entiendan que deben continuar con la lucha, porque ninguno de los políticos electos van a hacer nada por ellos, así como no lo hicieron por nosotros. Tenemos que aprovechar cada oportunidad”, concluyó.

^__=

Guadalupe Espitia, izquierda, es voluntario de NextGen. Espitia habló sobre DACA en un evento en Tempe el pasado junio de 2019. (Foto por Vivian Meza/Cronkite Noticias)