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Por Miriam Cristal
Cronkite Noticias
EL PASO, Texas – A diario, cientos de migrantes cruzan hacia El Paso, Texas, después de pasar semanas e incluso meses en Ciudad Juárez, Chihuahua. Según testimonios de muchos de ellos, arriesgan todo en busca de una vida mejor, ya que no tienen otra opción más que emprender una travesía llena de obstáculos y poner en peligro sus vidas en el intento de llegar a los Estados Unidos.
Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) ha informado de 265,037 encuentros en El Paso, Texas, durante el año fiscal 2023, convirtiéndose en la entrada fronteriza con el mayor número de casos registrados entre las nueve principales.
Dylan Corbett, director ejecutivo del Instituto Fronterizo de Esperanza, es consciente del estrés que experimentan los migrantes antes de embarcarse en un viaje peligroso. “Cuando las personas emigran, suelen tomarse mucho tiempo para pensarlo, comprenden los riesgos y están dispuestos a asumirlos”, afirmó Corbett.
Corbett, coordina el trabajo de la Sección de Migrantes y Refugiados del Vaticano en México, América Central y el Caribe. “Muchos migrantes, no pueden regresar a casa por las circunstancias que están. Ya sea por la pobreza o la falta de oportunidades”, dijo Corbett. “Si es persecución, si es violencia, si es solo porque esos países no pueden garantizar la seguridad, los derechos humanos de la población. Cualquiera que sea la razón, no pueden irse a casa”.
Muchos migrantes toman la decisión de abandonar sus países debido a la violencia. Diana Uriña, originaria de Ecuador, explicó que no tuvo otra opción que dejar su país, a pesar de los numerosos peligros a los que se enfrentaba. “Hay personas que te piden dinero y si tú no tienes, lo que hacen es matarte. Por eso uno sale huyendo”, dijo Uriña. “En el trayecto te pasa de todo”.
Uriña viajó junto a su familia de seis personas, incluido su bebé de apenas un mes de edad cuando dejaron su país. Urina afirmó que no se separó ni un instante de su bebé durante todo el trayecto, cruzando todas las fronteras con el pequeño en brazos.
Por su parte, Gisella Chávez viajó desde Ecuador con sus tres hijas y su esposo. Ella admite que llegó a arrepentirse de haber llevado a sus hijas debido a la peligrosidad del viaje. “En Ecuador, está pésima la situación”, dijo Chávez.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Censos de Ecuador (INEC), 65 de cada 100 mujeres han experimentado algún tipo de violencia a lo largo de su vida en Ecuador. Además, Amnistía Internacional informó que entre enero y agosto de 2022, se registraron 19,359 denuncias de violencia contra la mujer en Ecuador.
Actualmente, Urina y su familia residen en un albergue en El Paso, Texas, con la esperanza de establecerse en Nueva York. Su bebé ha cumplido tres meses de edad.
Solange Uscategi es una migrante colombiana que emprendió el viaje junto a su esposo y sus dos hijas. Su travesía los llevó a atravesar el Darién, una densa selva que se extiende entre Panamá y Colombia, abarcando una superficie de 17.014 km2. Esta ruta migratoria es conocida por ser una de las más peligrosas. Los migrantes provenientes de América del Sur que se dirigen hacia Estados Unidos eligen atravesar este trayecto debido a que la otra opción sería viajar por mar.
Uscategi, junto a su esposo y sus hijas, lograron sobrevivir a las adversidades de la selva. Experimentaron el frío, presenciaron la muerte y enfrentaron situaciones difíciles. A pesar de los desafíos, Uscategi relató que finalmente lograron llegar a El Paso, Texas, donde ahora se encuentran.
“En Colombia mi vida, la vida de mis hijos y mi esposo estaban en peligro, así que me siento feliz de estar aquí”.
Uscategi compartió que durante el viaje se sintió victimizada por ser mujer, destacando los desafíos y peligros adicionales que enfrentan las mujeres migrantes.
“Había agentes que eran abusivos; te tocaban, te manosean, te mentían las manos a ver si tenías dinero”, dijo Uscategi. “Uno se sentía horrible, obvio, no se sentía bien”.
Debido a la situación de riesgo que vivían en Colombia, Uscategi y su familia tomaron la decisión de buscar una oportunidad mejor. Llegaron a El Paso, Texas, y actualmente ella y sus hijos se encuentran en un albergue, esperando la liberación de su esposo.
“Me siento desamparada y sola”, dijo Uscategi mientras se le llenaban los ojos de lágrimas.
El venezolano Jesús Villegas Perales es otro migrante que llegó a El Paso, Texas, con un propósito claro en mente. Su motivación principal es buscar un futuro mejor para sus familiares.
“Que ellos puedan comer bien, que se alimenten bien, que tengan donde dormir y no pasen tanto trabajo en la calle como nos ha tocado a nosotros”, dijo Villegas Perales.
En ese momento, Villegas Perales se encontraba en la estación de autobuses El Paisano y mencionó que se dirigía hacia Chicago en compañía de dos familiares. Informó que en Chicago se alojarán con un amigo durante un tiempo.
Daniel Rivas también es un migrante que tomó la decisión de abandonar Venezuela junto a su esposa y su hija de tres años en busca de mejores oportunidades de vida.
“La situación en que está mi país no es nada fácil”, dijo Rivas.
Rivas relató que atravesó seis países en un viaje que les llevó varias semanas. Después de ingresar a través de la frontera de Nogales, Arizona, solicitó asilo y actualmente se encuentra viviendo en un albergue para migrantes en El Paso, Texas.
Glenn Fennelly, de Texas Tech University Health Sciences Center El Paso, destaca que brindan servicios médicos gratuitos a los migrantes que llegan a El Paso, Texas.
“En ciertos casos, las personas con enfermedades crónicas, tal vez hipertensión o diabetes, han sido separadas de sus medicamentos”, dijo Fennelly. “A veces la Patrulla Fronteriza puede haber confiscado sus medicinas, por lo que hacemos todo lo posible para volver a conectarlos con el medicamento y eso es muy útil”.
Soroush Omidvarnia, estudiante de Texas Tech University Health Sciences Center El Paso, dijo que los migrantes le han contado de sus sufrimientos.
“Es muy común que pasen por experiencias traumáticas, como presenciar la muerte de familiares frente a ellos”, comentó Omidvarnia.
La travesía llena a los migrantes de depresión y ansiedad debido a la incertidumbre que enfrentan, añadió Omidvarnia.
Omidvarnia reconoce la importancia de proporcionar ayuda y tratamiento a los migrantes que llegan a El Paso, Texas.
“Es realmente importante para nosotros no solo brindar atención a la razón por la que acuden a nosotros, sino también determinar qué otras necesidades tienen y proporcionarles información sobre los servicios disponibles”.
El Paso, Texas, se ha convertido en una ciudad de limbo para miles de migrantes que esperan en albergues, y en algunos casos se ven obligados a regresar a México y posteriormente a sus países de origen.
El gobierno federal de Estados Unidos ha implementado lo que se conoce como título 42, que permite rechazar las solicitudes de asilo sin una audiencia. El gobierno tiene planes de finalizar el título 42 el 11 de mayo de este año. El presidente Biden está enviando tropas a la frontera sur en previsión de un aumento en el número de personas que solicitan asilo.
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