De primera generación

Nombre: CNS-PrimGen. 1,200 palabras. Por Elsa Hortareas

3 fotos disponibles.

PHOENIX – Rhena Appleton es una estudiante del último año en Tempe High School y también es estudiante universitaria de primera generación. Originalmente, Appleton no planificaba ir a la universidad, pero al enterarse de la beca de Obama, un programa que provee ayuda financiera a estudiantes de bajos ingresos, ella (pronombre preferido) lo reconsideró. Con la ayuda de su maestra de inglés, su madre y sus amigos, y por medio de búsquedas en Google, llenó los papeles de admisión para Arizona State University y Northern Arizona University.

Appleton obtuvo la beca que se llama Obama Scholars Program para ingresar en la universidad en el otoño del 2021.

Sin la ayuda de todos los que la rodean, Appleton dijo que definitivamente no habría descubierto cómo pagar por la universidad. El paquete de ayuda financiera, conocido como FAFSA, fue “directo pero difícil”, dijo Appleton en inglés. Los formularios pedían mucha información, incluyendo los ingresos de sus padres, lo que fue complicado de obtener por su situación familiar.

“Es más difícil cuando no tienes contacto con los dos. Por ejemplo, mis papás están divorciados y para poder hablar con mi papá es muy difícil”, dijo Appleton.

Había aún otras preguntas de carácter personal. “Algunas preguntas eran confusas y no estaban bien formuladas”,  dijo.

La Dra. Sylvia Symonds trabaja para a ASU Educational Outreach y Servicios Estudiantiles y supervisa el programa Access ASU. Según ella, el 90% de los estudiantes que completan el paquete de ayuda financiera continúan su educación más allá de la preparatoria.

Hay otros retos para estudiantes de bajos ingresos quienes son los primeros en sus familias en intentar ingresar en la universidad. Por ejemplo, sus padres muchas veces no saben cómo ayudarlos a completar la solicitud.

Pero después que la pandemia hizo las reuniones cara a cara imposibles, los programas aún han podido ayudar estos estudiantes a completar los formularios necesarios. A algunos estudiantes, como Marissa Anderson, les resultó más fácil solicitar el ingreso a la universidad durante la pandemia.

“Tengo la peor ansiedad ante los exámenes y mi mayor problema eran mis puntajes en el SAT”, dijo Anderson en inglés. “Pero este año, las universidades entendían si no lo tomaste el año pasado.” En cambio, dijo, miraron su expediente académico y las actividades extracurriculares en las que participa.

El número de estudiantes universitarios de primera generación está disminuyendo. Según Postsecondary National Policy Institute, apenas 35% de los estudiantes universitarios fueron de primera generación en el año académico de 2015-2016; en 2002, fueron 72% de los estudiantes universitarios de primera generación matriculados en la universidad. Aunque más personas estén obteniendo su título, los retos enfrentados por aquellos quien son los primeros en sus familias a ingresar a la universidad no deben ser olvidados.

El gobierno federal ha tomado medidas para simplificar el paquete de ayuda financiera, pero los estudiantes aún presentan complicaciones para completarlo. “Nuestros equipos se sentarán con los estudiantes y los ayudarán a completar sus solicitudes universitarias”, dijo Dra. Sharon Smith, supervisora de los programas Upward Bound y Talent Search, que trabajan con estudiantes de bachillerato que son de primera generación o de bajos ingresos, con el objetivo de prepararlos para la universidad. “También les ayudarán a buscar la mejor facultad o universidad para ellos”.

Los programas van a escuelas secundarias diferentes y lo mismo durante la pandemia, han ayudado a las familias en persona, de manera socialmente distanciada. “De hecho, acabamos de organizar nuestra décima campaña FAFSA en Cortez High School ayer”, Symonds dijo en una entrevista en abril. Así que nos estamos acercando a 800 estudiantes y familias que han sido atendidos a través de ese esfuerzo en inglés y en español”.

Anderson, una estudiante universitaria de primera generación, está en su ultimo año en Mesa High School e inscrita en AVID, un programa sin fines de lucro para ayudar a los estudiantes a ingresar a la universidad. La sigla en inglés significa Advancement Via Individual Determination — avance por medio de la determinación individual. Se acuerda de un tío quien le preguntó por qué ella iría a la universidad. Yo le dije, ‘¿Qué quieres decir?’.

“Creo que la universidad es para mí, porque no solo tengo el impulso para salir y obtenerla, siento que estudiar y aprender y retener todo lo que puedo es algo que realmente me interesa”, dijo Anderson, quien ha sido parte de AVID desde el séptimo grado.

Ella ha solicitado ingresar en ASU, NAU, and Regis University con la ayuda de una maestra quien estuvo siempre lista para responder a cualquier pregunta. Si la maestra no sabía la respuesta, dirigiría a Andreson y otros de los estudiantes en el programa hacia alguien que la conociera.

“Realmente tienen las conexiones que los estudiantes necesitan”, Anderson dijo.

Por fin, obtuvo varias becas para cada universidad. Ahora está decidiendo qué quiere estudiar.

Ya Kendall Curtis, quien también está lista para graduarse de Mesa High School, tomó la decisión de ingresar a los Marines por cuenta de sus múltiples beneficios, como pensión, descuento militar, seguro médico y educación gratuita para ella y sus hijos.

“Realmente no tengo ningún miembro de la familia que haya servido. No es como si hubiera estado expuesta a eso” dijo. “Así que me estoy quedando ciega y supongo que me va a encantar todo lo que he oído y el tipo de persona que soy”.

Todavía estaba pensando en ir directamente de la preparatoria a la universidad, pero el costo la abrumaba. Ella no llenó el paquete de FAFSA ni se postuló a ninguna universidad pues le dio “ansiedad”.

Solicitó una beca militar, pero no la obtuvo. “Sentí que me aseguró el camino hacia el alistamiento al ser rechazada de esa beca”, dijo Curtis.

Eventualmente, espera pasar por la universidad a través de un Marine Corps Enlisted Commissioning Education Program, donde asistirá a la universidad de forma gratuita como Marine en servicio activo. Será la primera de su familia en asistir a la universidad

“Estoy lista para estar lejos de mi familia y, los amo, pero estoy lista para ser independiente”, dijo Curtis.

Ella ha sido parte de Junior Reserve Officer Training Corps, desde su primer año, por lo que ha sabido que los marines han sido una opción por un tiempo. Ahora los reclutadores no pueden ingresar al campus debido a COVID, y ella dice que están luchando.

“Tomé la decisión final de convertirme en infante de marina durante la pandemia”, dijo Curtis.

Appleton está terminando su último año de secundaria y está muy emocionada.

“Al terminar la escuela, siento como si me hubieran quitado un peso del pecho”, Appleton dijo.

Agregó que este año escolar ha sido muy difícil para ella. Ella está emocionada por la vida social de la universidad y porque va a estudiar lo que quiere, pero todavía le preocupa cómo la pandemia afectará todo.

No está pensando que extraña a su madre y no está preocupada por estar sola. La mamá de Appleton está triste porque se fueron.

“Tan pronto como llegue el último día de clases, me convertiré en una persona diferente”, dijo Appleton.

^__=

Rhena Appleton está en las afueras de su secundaria. (Foto por Elsa Hortareas/Cronkite Noticias)
Marissa Anderson se encuentra en su café favorito.. (Foto por Elsa Hortareas/Cronkite Noticias)
Kendall Curtis vistiendo su uniforme. (Foto cortesía Bell Jackson)