Nombre: CNS-DACA. 1200 palabras. Por Miriam Ordoñez, Samantha González and Kimberly Silverio-Bautista.
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PHOENIX – DACA, el programa que permite que miles de jóvenes indocumentados puedan vivir, estudiar y trabajar legalmente en los Estados Unidos, está por cumplir 10 años y ha abierto muchas puertas. Cuando la administración del ex presidente Barack Obama creó el programa DACA en el 2012, aproximadamente medio millón de personas lo solicitaron y casi todos fueron aceptados solamente en el primer año.
A lo largo de la presidencia de Obama, DACA triunfó y mucha gente pudo estudiar, trabajar, obtener licencias de conducir y comprar casas, entre otras cosas. Pero en 2016, el ex presidente Donald Trump detuvo la inscripción de nuevos participantes en el programa, y con eso dejó mucha gente angustiada. Ahora, con la llegada del presidente Joe Biden a la Casa Blanca, la vida de los inmigrantes que son parte del programa DACA -conocidos como “dreamers o “soñadores”- puede cambiar drásticamente, pero esta vez para bien. El Presidente Biden propuso un plan de inmigración que brindaría a los dreamers y millones de otros inmigrantes la posibilidad de obtener la ciudadanía.
En la última década, los dreamers han afrontado innumerables obstáculos para permanecer en el país que han llamado hogar y salir adelante. El plan de Biden podría ser el respiro que muchos han anhelado desde que dejaron su tierra natal aun cuando eran niños. Muchos no recuerdan el país donde nacieron y unos nunca lo han visitado.
Ángel Salgado, 19, Miguel Reyes, 28 y Yudith Gastelum, 39, son parte de este grupo, cada uno de ellos parte de una generación diferente.
Ellos comparten sus retos, logros y la esperanza que tienen para lo que viene adelante.
Ángel Salgado
Por Miriam Ordoñez
Ángel Salgado, de 19 años, nació en la Ciudad de México, la capital de su país de origen. Cruzó la frontera cuando tenía solo 5 años de edad.
Él se graduó de la Escuela Secundaria Metro Tech en 2019. Durante sus estudios en Metro Tech, fue parte de un programa de ingeniería. También fue parte de “ACE,” un programa que le permitió tomar clases a nivel universitario los sábados en Phoenix College.
Salgado solicitó DACA cuando tenía 15 años. La organización Chicanos por la Causa le ayudó a completar la solicitud.
“DACA me ha ayudado para muchas cosas. Cosas simples, y básicas como tener una licencia de conducir”, dijo. Y añadió: “Gracias a DACA, se puede pedir un seguro social y un permiso de trabajo”.
También gracias al programa DACA, Salgado ha podido estudiar ingeniería mecánica en la Universidad de Grand Canyon y pagar por sus estudios con una beca que solo les dan a estudiantes que tienen DACA. Está cursando su segundo año y piensa graduarse en 2023.
“Pues soy muy afortunado porque además de la beca también tengo el apoyo de mi universidad. Ellos me apoyan con mis libros”, digo Salgado.
Después de graduarse, Salgado piensa trabajar en ingeniería y ayudar a sus papás, que han estado siempre a su lado.
Reconoce que es muy afortunado por haber sido aprobado para DACA en 2015, antes que la administración de Trump decidiera descontinuar el programa.
Ahora, el presidente Biden prometió ayudar a los Dreamers con un camino a la ciudadanía.
“Tengo mucha esperanza por el plan de Biden. Intento estar informado en eso y pues ojalá que se pueda dar. Sería un beneficio para mi y mi familia”, dijo Salgado.
“Aquí es mi hogar”, añadió. “Sería el mundo para mi que pudiera recibir mi ciudadanía algún día”.
Miguel Reyes
Por Kimberly Silverio – Bautista
Cuando Miguel Reyes era un estudiante de segundo año en la escuela secundaria John Muir, en la ciudad de Pasadena, California, tuvo la oportunidad de hacer un trabajo de investigación en el Instituto de Tecnología de California. Le pidieron su número de seguro social para que le pudieran pagar por ser un internado. Pero al darse cuenta de que no lo tenía, se enteró de que no podría tener las mismas oportunidades como los estudiantes que son ciudadanos estadounidenses.
“Me sentí un poco impotente y de verdad sentí que esa era la razón por la que muchas personas en ese momento no se inscribían en la escuela solo porque no veían una salida”, dijo Reyes.
Aunque muchos estudiantes indocumentados como Reyes tenían un promedio de calificaciones altas, hicieron servicio comunitario, y otras actividades, él sentía que no era suficiente para ser aceptado en la universidad.
Cuando llegó al grado duodécimo, se enteró de un programa que se dedica a ayudar a estudiantes de bajos ingresos, primera generación e indocumentados para ingresar a las universidades. El programa se llama College Access Plan (CAP).
“Ellos fueron los que realmente fueron de gran ayuda”, dijo Reyes.
Gracias al apoyo de CAP, fue aceptado a la Universidad Politécnica del Estado de California, Pomona.
En su tercer año de la universidad, una política de inmigración llamada DACA —conocida como Acción Diferida para los llegados en la Infancia, o, en inglés, Deferred Action for Childhood Arrival— fue anunciada por el ex presidente Barack Obama en 2012.
Al saber que ya no tendría que esconderse bajo las sobras, se sintió aliviado.
“Solo porque existe la certeza de que tu puedes trabajar y ganar algo de dinero”, dijo Reyes.
Se graduó de la universidad y obtuvo su licenciatura en ciencias de ingeniería química y de materiales en 2016.
Teniendo DACA, no solamente le ha dado la dicha de graduarse de la universidad, y tener empleo, sino que también tuvo la oportunidad de comprarles una casa a sus padres.
Yudith Gastelum
Por Samantha González
“Es muy irónico pero un papelito, un solo documento para nosotros significa muchísimo”. Estas fueron las palabras de Yudith Gastelum de 39 años quien es beneficiaria de DACA desde 2015. Y gracias a DACA, dijo, pudo conseguir trabajo después de ser ama de casa por años.
Gastelum es originaria del estado de Sinaloa, México, y a tan solo 13 años de edad migró a los Estados Unidos. Su motivo al emigrar fue para reunirse con su mamá, quien llevaba aproximadamente tres años viviendo en los Estados Unidos.
“Decidí en emigrar pues en ese momento no estaba muy consciente de lo que significaba”, dijo Gastelum. Para ella, la única cosa importante era estar otra vez con su mamá.
Gastelum se radicó inicialmente en California y después se mudó a Arizona. Ella se graduó de la escuela secundaria Camelback a los 19 años. Ese mismo año, se casó y empezó a trabajar cuidando casas.
Veinte años después, Gastelum cambió su vida como ama de casa para convertirse en asistente en una escuela primaria.
“El trabajo soñado”, dijo Gastelum. “Me gusta mucho platicar con las personas”.
Aunque el ser asistente le trae satisfacción, Gastelum hubiera preferido seguir una carrera en enfermería, pero no pudo hacerlo porque cuando concluyó la preparatoria, no tenía papeles.
“Hubiera sido más fácil para mí probablemente” el convertirme en enfermera si DACA hubiera existido en mis tiempos de juventud”, dijo.
Ahora, Gastelum está ansiosa y llena de esperanza por el plan de inmigración propuesto por el presidente Biden pues si es aprobado, ella podrá por fin volverse ciudadana.
Suspiró antes de contestar una pregunta sobre lo que haría si eso pasara. “¿Con la ciudadanía? Sabes que tengo tiempo que quiero pasar, simplemente pasar, hacia mi país México”, dijo.
Pero su futuro seguramente será en los Estados Unidos, su hogar.
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