Falta de cuidado infantil afecta a familias rurales

WASHINGTON – Arizona tiene 304,180 infantes y niños pequeños que necesitan cuidado infantil, pero sólo cuenta con 234,270 espacios para acomodarlos. Las familias pobres y rurales son más propensas a ser dejadas fuera, de acuerdo a un estudio reciente.

Los activistas que velan por el cuidado infantil de Arizona dijeron que no se sorprendieron por los números en el estudio del Centro de Políticas Bipartidistas, que, según ellos, los ha inspirado a presionar más en pro de la atención accesible.

“Algunas personas pueden poner a sus hijos en una atención de alta calidad y sus hijos la recibirán y no tenemos que preocuparnos por esos niños, afortunadamente”, dijo Marilee Dal Pra, directora de First Things First, un grupo que aboga por los niños con sede en Phoenix.

“Desafortunadamente, en un estado como Arizona que tiene un nivel de pobreza tan alto, especialmente para la población de cero a 5 (años de edad), estas familias no tienen esos recursos”, dijo Dal Pra.

En el informe de octubre de la iniciativa de infancia temprana del Centro de Políticas Bipartidistas se examinaron 25 estados –un plan inicial para obtener datos de los 50 estados quedó descarrilado por la pandemia COVID-19– para analizar los espacios vacíos en la atención de niños en todo el país.

Mientras Arizona se quedó corto, su déficit de casi 70,000 espacios no fue el peor de la nación. Arizona cayó en medio de los 25 estados, tanto en términos de números enteros como de déficit porcentual.

Carolina del Norte tenía poco menos de 200,000 espacios para los más de 459,000 niños que necesitaban atención allí, según el informe, que decía que California tenía alrededor de 1 millón de espacios para satisfacer la demanda de unos 1.7 millones de niños. Sólo Texas tenía un suministro de espacios de cuidado infantil que excedía ligeramente su necesidad, según el informe.

La brecha en Arizona no fue una sorpresa para los activistas del estado: una evaluación de un año por parte del Departamento de Educación de Arizona en 2018 encontró enormes desigualdades en el acceso al cuidado de niños, especialmente para las comunidades rurales y tribales.

“En algunas de nuestras zonas de oportunidad, en particular en nuestras comunidades tribales y algunas de nuestras comunidades rurales, esa brecha fue tan alta como 74% e incluso en algunas áreas 100%”, dijo Lori Masseur, directora de educación temprana de la primera infancia y directora de colaboración estatal de Head Start del Departamento de Educación de Arizona.

En Arizona, según el informe del Centro bipartidista de políticas, el condado Greenlee tuvo el déficit más pequeño entre la oferta y la demanda de cuidado infantil, con una brecha del 12.2%. La mayoría de los otros condados estaban en 30% o más. Graham County registró una brecha de 72% la más alta en el estado.

Estos “desiertos de cuidado infantil“, o áreas sin suministro suficiente de cuidado infantil con licencia, se basan en parte en la distancia promedio entre las familias y las instalaciones. Para las áreas metropolitanas, las guarderías aceptables deben estar dentro de un radio de 3.5 millas para ser considerada accesible, y para las áreas rurales el radio es de 7.5 millas, señala el informe del centro.

Y los activistas se preocupan que estas brechas sólo puedan empeorar como resultado de COVID-19. Un tercio de los proveedores de cuidado infantil con licencia y regulados del estado se vieron obligados a cerrar debido a la pandemia, según la Arizona Early Childhood Alliance. Aquellos que permanecían abiertos sólo atendían al 38% del número de niños que tenían antes de COVID-19, añadiendo otro obstáculo para que los niños en riesgo lo superaran, dijeron los expertos.

“Antes teníamos una brecha de aprendizaje, pero ahora hay datos y fuentes que muestran que la brecha continúa y que realmente necesitamos cerrar esa brecha”, dijo Amy Corriveau, directora de programas de First Things First.

Una inversión temprana en el cuidado de niños, o la falta de ella, podría tener un impacto mayor en el estado de lo que algunos pueden creer, dijeron los defensores; lo que podría afectar todo, desde las tasas de graduación de la escuela secundaria hasta la productividad en la vida y el rendimiento en las calificaciones.

“Si podemos invertir temprano y conseguirles (a niños pequeños) el acceso a ayuda en torno al lenguaje y la alfabetización que los preparará para el éxito”, dijo Terri Clark, directora de alfabetización de Arizona,”minimizará el impacto que la pandemia COVID-19 a largo plazo tendrá en Arizona”.

Nicol Russell, director de investigación y apoyo de Head Start y miembro del comité asesor del estudio del Centro de Políticas Bipartidistas, dijo que todo el mundo debería estar preocupado de que no se está haciendo más para asegurar el financiamiento para prevenir cualquier otra desventaja o daño a los niños.

“Es un problema de todos porque los niños no viven en mundos aislados”, dijo Russell. “Viven en el mundo en general. Todas nuestras comunidades están llenas de niños y sus familias”.

Dal Pra hizo eco de ese sentimiento.

“Todos pagamos el costo de no asegurar que los niños estén donde necesitan estar en sus años más jóvenes”, dijo.

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Arizona tiene cerca de 70,000 más niños que necesitan cuidado infantil y no tiene espacios disponibles para acomodarlos, un vacío similar al de 25 estados que participaron en un estudio. Quienes abogan por los niños temen que la brecha será más grande como resultado del COVID-19. (Foto por njxw/Creative Commons)