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Por Daniel Gatalica
Cronkite Noticias
PHOENIX – Grupos que abogan por las naciones indígenas buscan más financiamiento y nuevas maneras para abordar la crisis de opioides que afectan a sus comunidades. Mientras indagan en posibles soluciones, las muertes por sobredosis continúan.
Los nativos americanos tienen la segunda tasa de mortalidad más alta en la nación vinculada al uso de opioides, un número que ha estado en aumento por casi dos décadas. En 2017, la tasa alcanzó 15.7 muertes por cada 100,000 personas, según información de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC, conocido por sus siglas en inglés). Solo miembros de la población blanca están muriendo con una tasa más alta 19.4 por cada 100,000 personas.
La crisis fue uno de los temas centrales de la reciente Conferencia Nacional de Salud de los Nativos Americanos (NTHC, por sus siglas en inglés). Dicho evento fue patrocinado por la Mesa Directiva Nacional Indígena de Salud (NIHB).
Stacey Bohlen, directora ejecutiva de esa entidad, dijo que son varios los factores que han contribuido a la epidemia de opioides entre los nativos americanos. Uno de ellos, según indicó, es la falta de acceso a la atención básica de salud y tratamientos al momento de que alguien está sufriendo.
“Las personas no pueden costear el acceso a cuidado médico, pero sin duda, pueden pagar por analgésicos”, dijo Bohlen.
Bohlen dijo que mejorar el sistema de salud pública para los nativos americanos y nativos de Alaska, sería un largo camino para prevenir el abuso de opioides y las sobredosis.
“Por cada dólar que gastas en prevención, ahorras $5 dólares en la prestación de atención médica directa”, dijo Bohlen.
Shervin Aazami, analista de políticas de la mesa directiva de salud, dijo que la crisis de opioides en las comunidades nativas americanas ha sido pasada por alto por la mayoría de los estadounidenses.
“Esta invisibilidad contribuye a la falta de conciencia, a la falta de financiamiento correcto, a la falta de asistencia técnica y a los recursos dirigidos a las tribus”, dijo Aazami, añadiendo que dichos recursos permitirían a las tribus abordar el problema en sus propios términos como naciones soberanas y en formas culturalmente más apropiadas.
El gobierno federal ha distribuido fondos a los estados para enfrentar la crisis de adición.
“Sin embargo”, dijo Aazami, “a menudo descuidan asignar el dinero a las tribus, dejando a los nativos americanos esperando”.
El año pasado, el presidente Donald Trump firmó la ley de ayuda a las crisis de opioides en la que incluyó un 5 por ciento específico para garantizar que se otorguen algunos fondos federales directamente a las organizaciones nativas americanas que batallan con el problema. Aazami dijo que no es suficiente.
En la Conferencia de Salud de las Comunidades Nativas Americanas, Virginia Hedrick, directora de política y planificación del Consorcio para la Salud Urbana Indígena de California (CCUIH, por sus siglas en inglés) habló sobre los pasos que las comunidades pueden tomar para enfrentar la crisis de los opioides, incluyendo la reducción del estigma relacionado a la adicción y también sobre alternativas para el tratamiento del dolor.
La organización de Hedrick planea distribuir entre la mayor cantidad de miembros de la comunidad posible, el medicamento naloxona, que revierte rápidamente los efectos de una sobredosis de opioides. El plan es ponerlo en las manos de tantos miembros de la comunidad como sea posible. El grupo también está adiestrando a proveedores en clínicas para aumentar la ayuda y el acceso a tratamientos de adicción a opioides. De esta forma, los médicos puedan recetar diferentes medicamentos como buprenorfina, fármaco que puede ayudar a un individuo a vencer la adicción.
“Lo que espero es lograr y realmente compartir los datos de cómo nuestro programa es efectivo. Compartir la información sobre cómo poner naloxona en las manos de más miembros de la comunidad, para no seguir perdiendo a más personas por una sobredosis, reducir el estigma relacionado a la adicción y disminuir el estigma relacionado al manejo alternativo del dolor”, dijo Hendrick.
Hendrick dijo que al apoyar los servicios mentales y sistemas alternativos de control del dolor y hacer más fácil el acceso a los seguros, puede ayudar a enfrentar la crisis en la comunidad de nativos americanos.
“Puede ser que un individuo haya sufrido un trauma toda su vida y un opioide sea una manera de enfrentar un problema de salud mental”, dijo Hendrick. “Típicamente no vemos a individuos que luchan contra una adicción que no tengan un problema profundo”.
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