Fumar podría empeorar la progresión de COVID-19, según estudio

  • Nombre: Fumar-COVID-19. 1213 palabras. Este reportaje fue redactado originalmente en inglés por Yaodong Gu
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PHOENIX – Desde el comienzo de la pandemia COVID-19, los expertos en salud han señalado que fumar es uno de los varios factores de riesgo que podrían empeorar la enfermedad y potencialmente llevar a la muerte.

Un análisis de la investigación disponible muestra cuán peligroso podría ser el consumo de tabaco durante COVID-19, casi duplicando el riesgo de progresión de la enfermedad en fumadores y exfumadores.

La investigación, junto con nuevas advertencias de expertos mundiales en salud sobre las correlaciones entre el tabaquismo y el coronavirus que causa la enfermedad, va en contra de un estudio francés muy publicitado que afirma que fumar de alguna manera podría proteger a las personas contra la infección.

“Fumar empeora significativamente el COVID-19”, dijo Stanton Glantz, profesor de medicina y director del Centro para la Investigación y Educación del Control del Tabaco de la Universidad de California, San Francisco.

Fumar cigarrillos es la causa principal de enfermedades prevenibles y muertes en los Estados Unidos, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades. Y aunque fumar ha disminuido en los últimos años, en 2018 casi 14 de cada 100 adultos estadounidenses, unos 34 millones de personas, fumaban cigarrillos.

Las naciones indígenas tienen las tasas más altas de tabaquismo en la nación y han sido duramente golpeadas por COVID-19, una enfermedad altamente infecciosa que ataca principalmente los pulmones, pero también otros órganos.

Según la Organización  Mundial de la Salud, fumar cualquier tipo de tabaco reduce la capacidad pulmonar y aumenta el riesgo de contraer muchas infecciones respiratorias. El deterioro de la función pulmonar dificulta que el cuerpo luche contra enfermedades respiratorias como COVID-19.

El análisis de la Universidad de California examinó 19 estudios revisados entre profesionales en los que participaron 11,590 pacientes con COVID-19 en China, Corea del Sur y los Estados Unidos. La mayoría de los estudios se basaron en individuos hospitalizados, aunque dos estudios incluyeron algunos pacientes atendidos externamente.

Entre los 731 pacientes con antecedentes de tabaquismo, 218 o 29.8%, experimentaron progresión de la enfermedad, en comparación con el 17.6% de los pacientes no fumadores.

El estudio encontró que cuando la enfermedad empeoró, los fumadores actuales o exfumadores tuvieron condiciones más agudas o críticas, o murieron.

Como presidente de Campaign for Tobacco-Free Kids o Campaña para Niños Libres de Tabaco, Matthew Myers ha luchado durante más de 20 años para reducir el consumo de tabaco. Desde el brote de COVID-19, Myers dijo que su organización ha estado estudiando datos de países que demuestran un vínculo claro entre el tabaquismo y el aumento del riesgo de la enfermedad.

“Los datos de China, Italia, el Reino Unido y los Estados Unidos indican que las personas que fuman corren un mayor riesgo de sufrir las consecuencias más graves de COVID”, dijo Myers. “Por lo tanto, no es de extrañar que los datos más recientes de CDC identificaran el tabaquismo como un factor de riesgo independiente para la mayor probabilidad de que una persona que se contagie con COVID sea hospitalizada”.

Myers dijo que hasta la fecha no hay estudios sobre los cigarrillos electrónicos y COVID-19, pero señaló que el vapeo puede dañar los pulmones y debilitar el sistema inmunológico, y “sabemos que las personas que tienen pulmones y sistemas inmunológicos débiles están en mayor riesgo de COVID”.

“A menudo se habla de: ‘¿Son los cigarrillos electrónicos más seguros que los cigarrillos?’ Es la comparación equivocada”, dijo. “Sabemos que los cigarrillos electrónicos dañan los pulmones, comprometen su sistema inmunológico. Y lo que es peor: en los Estados Unidos, la mayoría de los nuevos usuarios de cigarrillos electrónicos en los últimos cuatro años son niños”.

Glantz también señaló que aún no se sabe si el vapeo puede ayudar a conducir a la infección de COVID-19, pero la evidencia emergente sugiere que la exposición a aerosoles de cigarrillos electrónicos daña las células del pulmón y disminuye la capacidad de responder a la infección.

“Fumar y los cigarrillos electrónicos dañarán las vías respiratorias superiores y disminuirán la función inmune pulmonar en general”, dijo Glantz.

Lesli Vipond, gerente de programas de Respiratory Health Association, dijo que no recomendaría el uso de cigarrillos electrónicos como una forma de proteger los pulmones durante COVID-19. La asociación, con sede en Chicago, trabaja para prevenir enfermedades pulmonares y promover el aire limpio.

“Alentamos a las personas a usar uno de los medicamentos para pacientes aprobados por la FDA que no incluyen nicotina”, dijo Vipond, y a agregó: “Dejar de fumar es una de las mejores cosas que puedes hacer por tu salud, y eso es especialmente cierto cuando se trata de COVID-19”.

En un informe científico publicado a finales de junio, la OMS señaló que actualmente no hay estudios revisados por grupos de profesionales que examinen los vínculos entre el tabaquismo y el inicio del COVID-19 o que estimen directamente el riesgo de hospitalización entre los fumadores.

Sin embargo, 27 estudios observacionales encontraron que los fumadores constituían entre el 1.4% y el 18.5% de los adultos hospitalizados.

Al igual que el análisis de la UCSF, el examen de la OMS encontró una asociación estadísticamente significativa entre el tabaquismo y la gravedad de los resultados en pacientes ya diagnosticados con COVID-19.

Los investigadores siguen pidiendo más estudios relacionados con el humo de segunda mano y el coronavirus, así como los riesgos de los cigarrillos electrónicos.

Algunos investigadores han tomado un punto de vista totalmente opuesto sobre el tabaquismo y COVID-19, argumentan que los datos actuales sobre el número de fumadores que han sido hospitalizados con la enfermedad no apoyan ningún argumento de que fumar es un factor de riesgo para la hospitalización.

Un estudio en particular, que se llevó a cabo en Francia, ha causado controversia al concluir que “los fumadores activos pueden estar protegidos contra el sintomático” COVID-19.

El estudio encontró que de 343 pacientes hospitalizados, el 4.4% informó que eran fumadores diarios, y entre 139 pacientes externos que recibieron tratamiento, la tasa de fumadores diarios fue del 5.3%. Eso comparado con una tasa total del 25.4% de los fumadores diarios en la población general francesa.

Myers y Glantz criticaron la investigación señalándola como una hipótesis basada en métodos inapropiados.

“Es peor que una hipótesis”, dijo Myers. “Es mala ciencia, y la mejor ciencia disponible produce exactamente el resultado opuesto”.

La OMS ha recomendado que los fumadores preocupados por COVID-19 que dejen de fumar.

“Dejar de fumar”, indicó, “ayudará a que sus pulmones y su corazón funcionen mejor desde el momento en que se detenga… Dejar de fumar ayudará a proteger a sus seres queridos, especialmente a los niños, de la exposición al humo de segunda mano”.

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Investigadores analizan qué tan peligroso es fumar, vapear e incluso el humo de segunda mano durante la pandemia de COVID-19. Fumar cualquier tipo de tabaco reduce la capacidad de los pulmones,  y el mal funcionamiento de los pulmones hace más difícil que el cuerpo se defienda contra enfermedades respiratorias incluyendo COVID-19. (Foto por Luciano Belviso/Creative Commons)